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Flores preservadas: verdades sobre los mitos

La belleza siempre arrastra mitos que la afean, se junta la falta de información con el freno del avance. Las flores preservadas también sufren mitos, como cualquier belleza de la naturaleza, hoy te queremos contar esos mitos y ayudarte a entenderlos para que abraces este preservado producto que permite luz y olor fresco a tu habitación favorita, y que genera un ambiente de trabajo cálido y confortable. Hoy os contamos mitos sobre las flores preservadas.

Mitos preservados.

Los únicos mitos que nos interesan en Kihana son los de alseides, ninfas de que habitaban en las flores para protegerlas y cuidar el olor y color que hace que se embellece cualquier lugar donde habite una flor. No podemos comprobar si existieron, pero como historia nos parece bonita, un ser mitológico que protege lo que nosotras amamos. Son muchos los mitos que hacen que no tengamos en cuenta la realidad de las flores preservadas. Queremos ayudarte a entender en qué consiste este producto floral contándote la verdad sobre el mito.

Flores de mentira.

Valga la redundancia, es mentira que sean flores de mentira. Los elementos utilizados en ramos y centros de mesa de flores se compone de flores y vegetales 100% reales y naturales. Se cultivan en campos o viveros. En el momento de su esplendor máximo, son cortadas y aplicadas de tratamiento de secado y conservación, que permite mantener su olor y color en perfecto estado.

Flores tristemente preservadas.

No vamos a negar que cuando las flores se secan, pierden su coloración y aroma. Pero, en este caso, se presenta una variación, y es que, el proceso de secado, se realiza mediante el añadido de pigmentación y aceites vegetales que ayudan a que perdure en el tiempo el color y olor natural, por lo que no pierde sus propiedades. Este se trata otro de los mitos de las flores preservadas.

Frágil preservación.

Las malas lenguas dicen de estas preciosas flores que son frágiles y muy difícil de cuidar y mantener. Nada mas lejos de la preservada realidad. Al no depender del agua para vivir, permite que su resistencia sea mayor que la de una flor cortada fresca. Es mas, las dos únicas normas que hay que cumplir a rajatabla es el mantenerlas alejadas del agua, dado que al estar deshidratadas podrían romper la textura.

La otra norma de cuidado, es mantenerla alejada de la incidencia de los rayos solares, es decir, no debe darle los rayos pero sí que pueden estar en una habitación donde entre luz natural. Si estas normas se cumplen, tus flores preservadas durarán más tiempo; además, para perfeccionar su cuidado, si las mantienes libres de polvo se verá menos dañada su textura, por lo que prolongarás la calidad de vida de tus flores preservadas.

Perjudicial para la salud.

Al hilo del proceso de conservación y secado, se tiene la falsa creencia de que pueden ser perjudiciales para el ser humano y los animales que tengamos cerca de nuestras flores preservadas. Os aseguramos que no, el proceso que sufren las flores frescas para ser preservadas es, como te hemos dicho, con aceites vegetales, por ello, no presenta ningún riesgo para nuestra salud. Igualmente, si te quedas más tranquila, consulta con nosotras cuando compres tu centro de flores preservadas.

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En Kihana trabajamos, a diario, para ofrecerte la mayor calidad en las flores preservadas que iluminen tu estancia o negocio. Ante cualquier otra duda sobre los mitos alrededor de las flores preservadas, no dudes en contactar, pondremos nuestra sabiduría preservada a tu disposición. Queremos dar luz a tus dudas, tanto como damos color a tu hogar. Si quieres consultar cualquier duda sobre nuestro catálogo o quieres saber qué centro es el mejor para tu casa, contacta con nosotras.

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En cada una de nuestras creaciones con flores preservadas se esconde nuestra pasión y dedicación por nuestro trabajo.

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