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En tus manos una flor

Puede que hayan miles de formas de demostrar cuánto queremos a nuestras madres, pero si tuviéramos que elegir una, sería, sin duda, por medio de las flores. Cualquier época del año es ideal para regalar flores, para transmitir por medio de ellas sentimientos de gran valor. En más de una ocasión he dicho que las flores cuentan una historia, hablan de las manos que las entregan y de quien las recibe. 

Un momento mágico en el obsequio de flores es aquel donde las manos son de madres e hijos/as, donde se transmite uno de los sentimientos más puros que existen, no hay otro igual. Cuando somos pequeños nuestra madre es el centro del universo, al crecer no queremos que nos bese en público y una vez llegamos a adultos empezamos a entender toda su entrega, sus noches sin dormir y su amor incondicional.

No importa que clase de hijo/a seas; tu madre siempre estará ahí para servirte de apoyo, para secar tus lágrimas, siempre con un consejo sabio, con un “cuídate mucho” en los labios, con un amor que perdura en el tiempo y que no se agota. 

Hemos querido transmitir por medio de las flores preservadas ese amor que perdura y que no pierde su aroma, con sus notas cálidas, con su transparencia y naturalidad cargada de “emociones de colores”, tan frescas y silvestres, preservadas y con alguna que otra ramita seca simbolizando esa lágrima que nos secó para guardarla ella.

Entre rosas 

Pensar en nuestras madres nos transporta a todos los momentos de sus vidas que nos han entregado. Pensar en flores y en una para cada una de ellas, tan distintas, unas tan clásicas, otras tan modernas y otras tan tremendamente adelantadas a su tiempo. Madres todas, unidas por un mismo sentimiento, dichosas donde las haya.

Quizás para tu madre pienses en Hortensias rosas, tan delicadas, tan sencillamente bellas simbolizando la abundancia y la gratitud. Abundancia que una madre derrocha y que siempre tiene algo que ofrecernos. Siempre hay palabras, abrazos y consejos, también regañinas y, cómo no, un plato de comida caliente. 

Agradecimiento; Ellas siempre agradecidas porque seamos sus hijos y nosotros, sus pequeños/as, aunque seamos grandes, eternamente agradecidos por entregarnos esa dulzura y comprensión guiándonos paso a paso.

Pinceladas de rojos y granates

Los rojos y los granates podrían representar a cualquier madre; por su intensidad, su fuerza y la pasión que transmiten. Por su entrega incondicional.

El granate, el tinto, me transporta inevitablemente al poema de Guillermo Aguirre y Fierro, con su brindis, “El Brindis del Bohemio”. Hoy te regalo un fragmento, a ti, hijo, a ti, hija, y a todas las madres para las que, un brindis y una flor son el más bello de los presentes.

Yo no brindo por ella, compañeros,

siento por esta vez no complaceros.

Brindo por la mujer, pero por una,

por la que me brindó sus embelesos

y me envolvió en sus besos:

por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseñó de niño

lo que vale el cariño

exquisito, profundo y verdadero;

por la mujer que me arrulló en sus brazos

y que me dio en pedazos,

uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi Madre! Bohemios, por la anciana

que piensa en el mañana

como en algo muy dulce y muy deseado,

porque sueña tal vez, que mi destino

me señala el camino

por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida,

por la que con su sangre me dio vida,

y ternura y cariño;

por la que fue la luz del alma mía,

y lloró de alegría,

sintiendo mi cabeza en su corpiño.

No quiero despedirme sin brindar, yo también, por esas luchadoras. Brindar por esas mujeres que llevaron en su vientre el más bello de los regalos y, ¿por qué no? brindo por mí, como madre, como guerrera que lucha por lo que quiere. Por sacar adelante el sueño que se convirtió en Ki Hana y que a día de hoy es el responsable de que algunas madres reciban en sus manos el símbolo de un amor preservado, el símbolo de las gracias eternas por haberlo dado todo.

Gracias mamá

¡Hasta pronto!

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En cada una de nuestras creaciones con flores preservadas se esconde nuestra pasión y dedicación por nuestro trabajo.

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