Quién es Kihana, flores peservadas

Hoy os quiero hablar un poquito de como surgió Kihana, quienes forman parte de nuestra familia, de dónde nace la idea de trabajar con flores preservadas, cuál es nuestro objetivo y hasta dónde queremos llegar….Nos gusta pensar que somos más que un taller floral, porque no se trata sólo de decorar ambiente, sino de sentir emociones. Siempre que nos hacen un pedido, grande o pequeño, personalizado o no, enviamos un mensaje a través de nuestras flores, lanzamos emociones. Unas composiciones transmiten paz, alegría o elegancia, otras nos arropan con su calidez, o nos activan con sus colores. Unas flores preservadas nos llevan a la Provenza, otras a la Selva Negra, o nos pasean con la delicadeza japonesa, por los bosques del Camino de Santiago, o por el maravilloso Mediterráneo…; Toda composición floral está inspirada en un sentimiento; alegría, paz, amor, pasión, ternura, delicadeza…que te transmite un lugar, un objeto, o momento de nuestra vida. Nos gusta pensar que Kihana es empatía, complicidad, ilusión…Kihana no soy yo, Ana Alcázar; somos el equipo completo y tú que nos haces los encargos y nos dices que necesitas transmitir. Porque sin ti no existiría, por que también eres parte de nosotros. Algo que parece tan obvio, creo que es muy importante recordarlo, porque tú eres lo verdaderamente importante en nuestro proyecto.

Tener un Kihana es más que un ramo o centro de flores preservadas, es más que una pared llena de bonitas plantas, es más que un ramo de novia espectacular; porque en cada una de las composiciones que hacemos va nuestra ilusión y un trocito de nuestro corazón. Todo realizado de manera artesanal y con toda la ilusión de nuestra creadora Ana Alcázar.

Queríamos saber qué os transmite Kihana y hemos utilizado Instagram para preguntaros. Aquí os pasamos algunas de vuestras respuestas:

El principal de los objetivos cumplido.

Dicen, que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Y estoy completamente de acuerdo con eso. En el caso de Ana Alcázar, nuestra fundadora, había trabajado más de 20 años por cuenta ajena en administración, la crisis económica la llevó casi a punto de cumplir los 50 a darle un giro de 360º a su vida y crear Kihana. Eso de hacer de tu afición tu trabajo se puede, ya lo creo que se puede. Los sueños a veces se cumplen. Eso sí, los sueños se trabajan y mucho, esto no es una lotería, esto es trabajo duro (pero duro de verdad) con mucha ilusión. Hasta ahora ya hemos contestado a dos de las preguntas, quién es Kihana y de dónde nace. Ahora te voy a contar hasta dónde queremos llegar, y la respuesta es 😉 ¡¡hasta el infinito y más allá¡¡ (no lo he podido evitar jajajaja).

Nos gustaría en primer lugar, que todo el mundo quiera y pueda tener un Kihana

Nos gustaría crecer mucho como empresa, crear un equipo grande de compañeros donde la complicidad, las risas, la pasión por las flores, la ilusión y el entusiasmo sea nuestro día a día y que esos sentimientos lleguen cada vez a más gente con nuestro trabajo, que no es sólo es una profesión sino una forma de vida. Nos gustaría con nuestra experiencia y conocimientos, ayudar a la gente que se está iniciando en este apasionante mundo de la decoración floral, creo que ya lo estamos haciendo un poco con las colaboraciones que hacemos casi cada mes con algunos de nuestros proveedores que quieren llegar a nuevos profesionales para abrir mercado. Porque ya somos un referente en decoración con flores preservadas, y muchos profesionales floristas que se están iniciando en este arte nos consultan a través de talleres, asesorías o cursos con EIFA. La ilusión de nuestra creadora es que cuando se haga muy viejecita y ya no pueda seguir trabajando en Kihana, e incluso cuando ya no esté, que siga siendo Kihana; ilusión, empatía, complicidad…que siga creciendo y creando puestos de trabajo y llevando un poquito de felicidad a allá donde vayan nuestras flores preservadas.